sábado, abril 17, 2004

Sondre Lerche: Two Way Monologue again

La casualidad me ha hecho escuchar el nuevo disco de Sondre Lerche, Two Way Monologue, más veces de las que esperaba. Afortunadamente, esa casualidad me dio la oportunidad de valorarlo mejor.

La primera audición me dejó un poco decepcionado: sin el punch melódico del anterior, Faces Down, saltaba más claramente al oído la excesiva amabilidad, el desempeño prolijo pero no extraordinario de Lerche en todos los frentes (composición, canto, arreglos, ejecución instrumental, etc.) y, sobre todo, unas letras afectadas por el mismo problema del disco previo: experiencias demasiado maduras para ser dichas por un chiquilín y en un idioma demasiado ajeno para él como para decirlas con fluidez.

Pero esta semana algunos hechos personales no del todo afortunados hicieron que la habitual descarga diaria de música a mi Nomad se interrumpiera, y en el viaje al trabajo me encontré con que solo tenía para escuchar el disco de Lerche. Fue un grato accidente. Sabiendo ya que la potencia melódica era menor, me dejé llevar por los arreglos y las progresiones, mucho más elaborados que en el trabajo anterior. Incluso en las letras se siente el tono de alguien que empieza a hablar de cosas que ha vivido (no es una condición imprescindible para la buena poesía, pero en el caso de un baladista confesional como Lerche, conviene) y lo hace con suficiente ironía como para contar desventuras sentimentales en tonos mayores.

Así que corrijo lo que dije hace dos posts.

domingo, abril 04, 2004

David Byrne: Grown Backwards

Es una alegría saber que Byrne ha incluido un tema de Lambchop (The Man Who Loved Beer) en su último disco, y también que cante ópera con Rufus Wainwright. Es como si unos amigos que yo hubiera hecho en diferentes sitios y que nunca se hubieran encontrado antes finalmente se conocieran y se llevaran bien.

Sondre Lerche: Two Way Monologue

Lo que hace este noruego -un folk-pop de cámara- me gusta, pero hay algo artificial en sus canciones que me hace dudar. Supongo que es una mezcla de cosas: demasiado joven para cantar cosas muy profundas, forzado a escribir y cantar en un inglés que no domina completamente, demasiado prolijo y eficiente en todos los aspectos del cantautor...
Su segundo disco no tiene el punch melódico del primero, Faces Down, pero está cerca, y aunque las progresiones melódicas a lo Beatle de sus baladas se mantienen, ahora están acompañadas por unos arreglos más sustanciosos, que evolucionan claramente hacia el easy listening.
Al final, mantengo cierta confusión sobre lo que hace este pibe, pero asumo que mejorará con el tiempo.