¿PARA QUÉ SIRVEN LOS REMIXES?

Remixes de los Stones

¿Para qué sirven los remixes? Si uno se deja llevar por el pobre trabajo que Fatboy Slim, Full Phat y Neptunes hicieron con Simpathy for the Devil, debería decir: para nada. Pero la verdad es que la técnica del remix es una de las más interesantes. Heredera del popular formato clásico de la variación (la primera composición de Beethoven de la que hay registro es una serie de nueve remixes sobre una marcha de Dressler) ha desplazado su foco de la alteración melódica o armónica a la manipulación de los timbres, que no es otra cosa que el camino que ha seguida la música occidental en el siglo XX.

El problema, creo, reside en que en este caso los remezcladores se han metido con un standard estructurado alrededor de un beat -apropiadamente- endemoniado. Es como una bomba: desarmarlo es exponerse a volar la identidad de la canción. Solo Neptunes se atreve a algo más hacia el final de su trabajo, con agregados orquestales y acústicos que sin modificar la línea melódica que sigue la voz de Jagger ni el ritmo, cambian por completo la impresión emocional de la canción, haciéndola menos fiestera y más ambigua y melancólica. Pero lo hace de manera muy irregular. Es curioso que un formato con siglos de historia hoy luzca tan poco desarrollado.

MÁXIMAS DEL CIRCO DEL ROCK (PARTE I):

1. Todo artista tiene por lo menos un proyecto paralelo.
2. Todo artista recién acaba de dejar las drogas. Todos los excesos pueden ser cometidos, pero en el momento de la entrevista se conjugan siempre en tiempo pasado.
3. El mejor disco es siempre es último.

Se aceptan sugerencias.

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DEFINICION DE IPNP

Propongo un nuevo concepto en crítica musical: el IPNP (influencia posible pero no probable). Son aquellas resonancias que un artista tiene de otro pero que no se perciben a simple oída o, mejor aún, son inconfesables para ciertos estándares, ya sea para la dignidad del crítico o incluso del autor. También puede caer en esta definición una influencia perceptible pero extremadamente improbable por razones históricas o culturales (es decir, porque es muy poco probable que el artista influido haya escuchado al influyente). Doy algunos ejemplos de IPNPs y acepto otros:

-Litto Nebbia + Suéter + Marcelo San Juan = Leo García (hay que decir que García ha reconocido públicamente en diálogo radial con nuestro amigo Lingenti su admiración por Nebbia, aunque la prensa no ha tomado mucha nota del tema)
-Silvio Rodríguez = Belle and Sebastian
-Marcelo San Juan = Bersuit (Sobre todo en algunas baladas de los primeros años, antes de que Bersuit grabara su primer disco, cuando la voz de Gustavo Cordera era más virtuosa.)
-Juan Carlos Baglietto = Pez (otro caso probado: Ariel Minimal nunca ha ocultado su gusto por el estilo vocal de Baglietto [yo se le escuché decir hace como siete años, en la versión radial de Mal de Ojo], pero no deja de ser un vínculo raro y no reconocido por la crítica)
-Pastoral + Vivencia + Pedro y Pablo = Flopa Manza Minimal (por supuesto, este trío absorbe con su sonido todo del folk argentino de los 70, pero es curioso como en las enumeraciones de los críticos aparecen nombres como Porsuigieco y Arco Iris y no estos tres grupos, a los que el tiempo parece haber convertido en malditos [en el peor sentido del término, malditos de toda maldición, no la maldición cool que tanto gusta por ahí.])

Nota: Los signos matemáticos solo están puestos para explicitar los vínculos, no para dar a entender que la obra del músico influido es un simple resultado matemático. Los números sí que tienen mucho que ver con la música, pero no de esa manera.

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CAFE, JEREZ Y FIORDOS

Noche de verano. Café Tacuba en Madrid. El local es chico y hay demasiada gente esperando afuera. De repente, un cartel manuscrito dice "no hay más entradas". Pero como sé que España aún no adhiere plenamente a la normativa europea sobre veracidad en carteles, voy a la taquilla y, claro, consigo las nuestras.
Estoy escuchando Alármala de tos ("atacola / golpeola / tirola / pateola / pegola / violola / con una pistola") y me doy cuenta de que en mi mochila llevo un libro de Osvaldo Lamborghini ("...reventábale los labios, quebrábale los dientes..."). Y yo, que expuse a la luz púbica el lazo entre Belle and Sebastian y la Nueva Trova, que denuncié la conexión Nebbia-Suéter-Leo García, yo me pregunto: ¿Habrán los Botellita de Jerez leído El fiord?

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