La visita de Frank Black a Madrid y la reciente salida de su último álbum me han llevado a revisar la obra reciente de este músico. De Devil's Workshop -el menos promovido de los cuatro discos que Black sacó en los últimos dos años- rescato una breve balada llamada Coastline. He intentado una transcripción al español que respete el fraseo original, de modo que se pueda cantar.
Hay una explicación perfecta para la mierda en que estuve
en cuanto la descubra, te diré
y si te sirve de consuelo, tu caballo va a ganar
es el mío, y son muy lentos los demás.
Por esa costa
quiero volver
si no te importa
quiero echar mis pasos atrás.
Es bueno volver
por esa costa
perdí contacto [con vos]
creo que no te importará
... solo trato de ahorrarnos un tiempo más.
El resultado, en mi opinión, suena muy parecido a Nacho Vegas, lo que abre preguntas interesantes sobre los límites que los sonidos propios de cada lengua imponen a la expresividad.
viernes, octubre 31, 2003
lunes, octubre 27, 2003
Adiós al beatle folkie
"No soy de los que disfrutan hablando de mis pasadas torturas", decía Elliot Smith hace unos años en una entrevista que lo encontraba interesado en olvidar fantasmas demasiado recurrentes para concentrarse en la promoción de "XO", primer álbum que grabaría para una multinacional (Dreamworks) y paso inicial de una conversión musical que terminaría de delinearse con mayor precisión en "Figure 8", el disco siguiente, el último de su carrera, o al menos de su carrera en vida. Porque es probable que tengamos la posibilidad de heredar parte de su legado en un tiempo, si alguien decide continuar la historia editando "From a Basement On The Hill", el que sería, ahora sí, el latido final de un corazón demasiado blando para sobrevivir en este mundo.
Autor de un tema nominado para un Oscar, graduado en filosofía política y, sobre todo, alma atormentada en búsqueda frenética de amor, Smith sabía que la pesadilla no había concluido, pero intentaba entonces disolverla a pura fuerza de voluntad, diciéndose a sí mismo lo que debía escuchar a manera de terapia. Nunca abandonó del todo el alcohol, las drogas ni la melancolía infinita que transmitía su música, agridulce evolución del folk esquelético a las melodías de ensueño de inspiración beatle, tan lejanas a los adolescentes coqueteos con el grunge. Se mudó de su Nebraska natal a Portland, de Portland a Nueva York y de Nueva York a Los Angeles, su última estación. Movimientos vanos en busca de un lugar más plácido que no encontró. Pero se ocupó, antes de suicidarse a los 34 años, de dejarnos las canciones que serán la brújula para que lo hallemos nosotros.
Autor de un tema nominado para un Oscar, graduado en filosofía política y, sobre todo, alma atormentada en búsqueda frenética de amor, Smith sabía que la pesadilla no había concluido, pero intentaba entonces disolverla a pura fuerza de voluntad, diciéndose a sí mismo lo que debía escuchar a manera de terapia. Nunca abandonó del todo el alcohol, las drogas ni la melancolía infinita que transmitía su música, agridulce evolución del folk esquelético a las melodías de ensueño de inspiración beatle, tan lejanas a los adolescentes coqueteos con el grunge. Se mudó de su Nebraska natal a Portland, de Portland a Nueva York y de Nueva York a Los Angeles, su última estación. Movimientos vanos en busca de un lugar más plácido que no encontró. Pero se ocupó, antes de suicidarse a los 34 años, de dejarnos las canciones que serán la brújula para que lo hallemos nosotros.
viernes, octubre 17, 2003
ELOGIO DE BOWIE
La carrera de Bowie es, ante todo, un triunfo de la libertad de elección: niño pobre que eligió la sofisticación, terrestre que prefirió ser marciano, vanguardista que puso de rodillas a las masas, bohemio que triunfa en le mundo de las finanzas, loca de los 70 que se representó como crooner hetero en los 90. Si hubiera una diferencia entre la inteligencia y el genio, habría que decir que que David Bowie es más inteligente que genial. Pero su inteligencia llega a cotas tan altas que, si la diferencia existe, es irrelevante.
lunes, octubre 13, 2003
FRANK BLACK AND THE CATHOLICS: SHOW ME YOUR TEARS
Después de nueve discos solistas, Frank Black se merece que hablemos de él sin nombrar, por una vez, a la mágica banda que formó a finales de los años 80.
Hace un par de años ya que Black luce liberado del fantasma de su leyenda grupal, que lo ha perseguido por más de 10 años. Lo bueno es que esta liberación encuentra al músico todavía fresco, con energía melódica aún por extraer de su filón. La primera prueba fue Dog in the Sand. Como el ex convicto de algún film clase B, que busca su segunda oportunidad en silencio pero no puede evitar su pasado, Frank ha elegido instalarse en un barrio tranquilo para reconstruir su vida: el rock de guitarras más clásico, con excursiones de country y rythm & blues. Pero sin abandonar del todo los acordes de guitarra descentrados y las inflexiones vocales exageradas con las que alteró la historia de la música popular estadounidense.
Con su imagen de ex payaso post-punk goza, además, de la ventaja de que nunca se sepa si habla en serio. Esto le ha permitido asumir posturas estéticas desconcertantes para un ex subersivo del rock, como copiar descaradamente a Lou Reed o al Mick Jagger de la epoca de Exile on Main Street. (De hecho, las referencias desvergonzadas son innumerables: Creedence, Neil Young, Tom Petty, Tom Waits, Nick Cave, Leonard Cohen...) Pero en su último disco ha decidido revelarnos que, pese a los trucos y los chistes, es hora de tomarse en serio lo que dice.
Canciones sencillas pero ambiciosas; una banda de rock tradicional con arreglos no del todo tradicionales; falsettos engañosos para vocear una poesía que ya no bromea. Nada de surfers, marcianos; en el vals final, el brillante Manitoba, proclama: "He visto la cara de Dios / y no tengo miedo". El título del disco, como el disco en sí, tampoco es irónico: muéstrame tus lágrimas, pide Frank. A cambio ofrece un puñado de canciones en el cual muestra las suyas y trata, además, de probar que son auténticas.
Hace un par de años ya que Black luce liberado del fantasma de su leyenda grupal, que lo ha perseguido por más de 10 años. Lo bueno es que esta liberación encuentra al músico todavía fresco, con energía melódica aún por extraer de su filón. La primera prueba fue Dog in the Sand. Como el ex convicto de algún film clase B, que busca su segunda oportunidad en silencio pero no puede evitar su pasado, Frank ha elegido instalarse en un barrio tranquilo para reconstruir su vida: el rock de guitarras más clásico, con excursiones de country y rythm & blues. Pero sin abandonar del todo los acordes de guitarra descentrados y las inflexiones vocales exageradas con las que alteró la historia de la música popular estadounidense.
Con su imagen de ex payaso post-punk goza, además, de la ventaja de que nunca se sepa si habla en serio. Esto le ha permitido asumir posturas estéticas desconcertantes para un ex subersivo del rock, como copiar descaradamente a Lou Reed o al Mick Jagger de la epoca de Exile on Main Street. (De hecho, las referencias desvergonzadas son innumerables: Creedence, Neil Young, Tom Petty, Tom Waits, Nick Cave, Leonard Cohen...) Pero en su último disco ha decidido revelarnos que, pese a los trucos y los chistes, es hora de tomarse en serio lo que dice.
Canciones sencillas pero ambiciosas; una banda de rock tradicional con arreglos no del todo tradicionales; falsettos engañosos para vocear una poesía que ya no bromea. Nada de surfers, marcianos; en el vals final, el brillante Manitoba, proclama: "He visto la cara de Dios / y no tengo miedo". El título del disco, como el disco en sí, tampoco es irónico: muéstrame tus lágrimas, pide Frank. A cambio ofrece un puñado de canciones en el cual muestra las suyas y trata, además, de probar que son auténticas.
miércoles, octubre 08, 2003
BEULAH: YOKO
El cuarto LP de esta banda de San Francisco es menos oscuro, en mi opinión, de lo que están mentando por ahí. Es cierto que hay algunos acordes menores tácticamente dispuestos en las canciones (sobre todo en el primer tema, A Man Like Me, lo que puede ayudar a sugerir el tono para el resto del álbum), pero las líneas básicas del estilo Beulah siguen firmes: melodías pegadizas (por momentos recuerdan el inquebrantable espíritu jinglero y juvenil de los Teenage Fanclub) y orquestaciones ambiciosas. Este grupo surgió en el pelotón low-fi pero hoy están claramente enrolados en el pop "de cámara". Del pasado les queda un dejo de pop psicodélico que les acerca a los Apples in Stereo, aunque con menos zumbido de guitarras. Y de siempre, la larga sombra de los Beatles. No están cambiando la historia de la música, pero actúan su parte con calidad.
Por cierto: esta banda de sonido ganchero y perfecto es otra de las que no tienen cabida en el sistema industrial de música. No está en disquerías ni en radios. Nadie los conocería fuera de Estados Unidos si no fuera por Internet, donde los usuarios defienden el patrimonio cultural global mientras son atacados por los terroristas del entretenimiento.
Por cierto: esta banda de sonido ganchero y perfecto es otra de las que no tienen cabida en el sistema industrial de música. No está en disquerías ni en radios. Nadie los conocería fuera de Estados Unidos si no fuera por Internet, donde los usuarios defienden el patrimonio cultural global mientras son atacados por los terroristas del entretenimiento.
lunes, octubre 06, 2003
OÍDAS TEMPRANAS
Pila de discos nuevos para comentar: North (Elvis Costello, quien, por cierto, estará el 29 de octubre en Madrid con Steve Nieve), Yoko (Beulah), Dear Catastrophe Waitress (de los crepusculares Belle and Sebastian), Youth and Young Manhood (de los varoniles y pentecostales Kings of Leon), Want One (otro paso de Rufus Wainwright hacia el music-hall) y Show me Your Tears (Frank Black and The Catholics). Comentarios en camino.
viernes, octubre 03, 2003
¿P2P TARIFA PLANA?
El modelo de negocio de la música debe cambiar a un modelo P2P de tarifa plana": "Es un concepto simple: reemplazar los modelos de pago por uso o por unidad con tarifas planas: un pago a cambio de todo lo que puedas comer. Básicamente, el mismo camino recorrido por los parques de diversiones que antes cobraban por juego y ahora venden una entrada única en la puerta."
-Jim Griffin, ex director de nuevos medios de Geffen Records, en The Register.
-Jim Griffin, ex director de nuevos medios de Geffen Records, en The Register.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)